A pocos minutos del casco urbano del municipio de Pasca, Cundinamarca, logramos evidenciar en medio de las coloridas montañas, un trabajo ancestral de estas ricas y productivas tierras, allí, en los cultivos, decenas de campesinos con sus típicas botas negras de caucho, pantalones remendados, camisas o busos manga larga, gorras o sombreros y algunos al son de la música de su preferencia que sale desde sus celulares, se encontraban sacando la papa que comemos a diario.
Esta agotadora y hermosa labor representa el trabajo que día tras día realizan en la Capital Agrícola del Sumapaz, desde donde en los meses de cosecha sacan en todo el municipio, más de 240 toneladas de papa en un día que se distribuyen en diferentes ciudades de Colombia como Medellín, Ibagué, Armenia y por supuesto, para la Central de Abastos de Bogotá.
La pandemia por el Covid – 19 no afectó mucho a este gremio dado que sus productos son de primera necesidad, esto permitió que su rumbo continuara sin contratiempos y aunque el precio de venta ha variado mucho y por esto prefieren acudir a intermediarios, que, en la mayoría de ocasiones se llevan la mejor parte económica, agradecen a estas tierras que les dan de comer a sus familias.